CAMBIOS QUE SE TRASLADAN AL ÁMBITO DE VIVIENDA SOCIAL

El impacto del confinamiento en el ámbito de vivienda social no solo tendrá repercusiones en el medio plazo sobre la forma de acompañar a las familias más vulnerables, sino que ya está teniendo un impacto importante en el trabajo diario que realizamos. En este contexto, están tomando una especial importancia las tecnologías digitales en, al menos, tres ámbitos:

En primer lugar, sobre cómo es la relación inicial con las familias: desde el estallido de la crisis sanitaria, ha habido familias a las que no hemos podido visitar presencialmente y sin embargo, su situación de vulnerabilidad no ha desaparecido o incluso se ha hecho más intensa. Este contexto nos ha obligado a adaptar de forma muy ágil los mecanismos de contacto teniendo en cuenta las limitaciones tecnológicas y digitales existentes y por tanto, la necesidad de disponer de sistemas de comunicación ágiles pero seguros, en distancia pero cercanos, sin presencialidad pero de confianza.

En segundo lugar, sobre cómo se lleva a cabo el proceso de acompañamiento: en estos momentos se hace más necesario que nunca estar cerca de las familias y, los canales a través de los que mantener esta relación y su frecuencia, son importantes. En este sentido, estamos combinando el seguimiento telefónico, con las videollamadas o los mensajes de audio y video para mantener una comunicación lo más efectiva posible.

Por último, la necesaria adaptación de los trámites para dar respuesta: si una cosa nos ha enseñado este momento complejo que vivimos es que hay margen para dar una respuesta rápida a las situaciones de mayor emergencia. No solo me refiero a lo sanitario. La negociación y firma de un contrato de alquiler social, por ejemplo, es también una urgencia para muchas familias. Por ello hemos acompañado a la puesta en marcha de mecanismos digitales más ágiles que aceleren los trámites y sobre todo hemos reforzado los sistemas de compartición de toda aquella información que pueda acelerar la obtención o tramitación de ayudas o prestaciones.

Estamos observando como las tecnologías digitales a nuestra disposición pueden ser una herramienta magnífica para atender de forma ágil y acelerar trámites. Nos ayudan a tener acceso a información y a compartirla para ayudar a las personas que lo necesitan.

Con todo, existen retos importantes como el del acceso a internet o la falta de herramientas para hacerlo que, a menudo, aumenta el riesgo de exclusión de los que peor lo están pasando.