EL TELETRABAJO, EL FUTURO DEL EMPLEO

El pasado martes 13 de octubre de 2020 entró en vigor la nueva regulación del teletrabajo, aprobada en Consejo de Ministros el pasado 22 de septiembre a través del Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia. La norma define el teletrabajo, como aquel trabajo a distancia que se lleva a cabo mediante el uso exclusivo o prevalente de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación.

El teletrabajo que ya era una realidad en España en determinados sectores y empresas, ha venido para quedarse. Según la encuesta de Eurofound «Living, working and COVID-19», tres de cada diez personas trabajadoras empezaron a teletrabajar en España a causa de la pandemia.

Indudablemente el teletrabajo aporta una mayor flexibilidad en la gestión de la jornada de trabajo, facilita la autonomía, la conciliación de la vida personal, familiar y laboral al permitir una mejor racionalización de horarios, reduce costes en las oficinas, genera ahorros de tiempos y costes de desplazamientos, incrementa la productividad, aumenta el compromiso de los trabajadores, y sirve para la atracción y retención de talento, a la vez que reduce el absentismo. No obstante, también presenta riesgos: utilización inadecuada de los equipos informáticos y de los dispositivos, intromisión en la vida personal, protección de datos, brechas de seguridad, incremento del estrés, fatiga, riesgos laborales, horarios continuos y jornadas de trabajo maratonianas, sensación de conexión permanente, mayor aislamiento laboral, pérdida de la identidad corporativa.

Al conjunto de riesgos apuntados, se añade como bien apunta la exposición de motivos de la norma, el que a los tradicionales retos del mercado de trabajo en España (elevadas tasas de temporalidad, riesgo de pobreza salarial, precariedad laboral y una fuerte segmentación), se suman nuevos desafíos que obligan a afrontar los cambios post-COVID-19 en los procesos de globalización y digitalización, y el uso de fórmulas eficaces de incremento de productividad que aumenten la calidad en el empleo y reduzcan la existencia de brechas salariales y profesionales.

El acceso y uso de las TIC, como Internet o la telefonía móvil por parte de toda la población, son claves para ampliar las oportunidades de las personas. En España actualmente existe una brecha digital que se manifiesta en que en casi 3,5M de hogares no hay ordenadores, y casi 6 millones de españoles mayores de 14 años no acceden a Internet de forma regular.

Esta brecha digital provocada por factores socioeconómicos, se traduce en un factor de discriminación para muchas personas a la hora de poder ampliar sus oportunidades laborales y en este contexto, poder Teletrabajar.

Ignacio Baratech Ramírez

Director Desarrollo de Negocio Ingeus.